domingo, 10 de julio de 2011

No voy a llorar, ya lloré, mucho o poco, o bastante, ¿y qué? No valió de nada, solo se me hincharon los ojos, solo sirvió para dejarme más fea y para que viéndome te revuelques en el gozo de verme mendigar por volver atrás, porque lo hicieras bien, porque no me fallaras, por una disculpa. No voy a llorar más, ni por ti ni por nadie. Tengo que agradecértelo, tengo que darte las gracias por haber sido la gota que colga el vaso, por haber sido el último golpe que me pego, la última pizca de confianza. Tú has sido el último tropiezo, la última piedra en mi camino con la que tengo cuidado para mover, para no chafar. Desde ahora nada de mirar al suelo, nada de mirar el sendero, desde ahora iré saltando, danzando, mirando al cielo. Desde ahora ya no más de ir con cuidado con lo que me rodea, voy a ser un huracán, una tormenta, un volcán, un tornado...Voy a destrozar, quemar, romper todo lo que me rodee,  sin mirar atrás, sin preocupaciones, sin remordimientos. Gracias, tú has sido la última oportunidad que le daba a la vida, la última para demostrarme que servía de algo ser humano, ahora lo veo claro, la humanidad es un asco, una falsedad, una mentira, desde ahora soy un animal, viviendo por y para mí, cazando, matando, robando, desgarrando pieles despistadas y confiadas. Desde ahora yo seré la depredadora, ahora es mi momento, ahora me toca a mi joder el mundo. 
¡A la mierda!

No hay comentarios:

Publicar un comentario